Las características principales del impresionismo permiten identificar el movimiento artístico que revolucionó la historia. Con detalles vanguardistas, que representaron una transformación que desafió las normas conocidas hasta el momento de su creación.
Desde su surgimiento, finalizando el siglo XIX, permitió la creación de obras que capturaban la luz, el escenario y el momento, usando pinceladas libres y coloridas. El arte impresionista se distingue por la forma en la que apreciamos y percibimos el arte.
¿Qué es el impresionismo en el arte?
Conocemos como impresionismo al enfoque artístico que surgió en Francia, finalizando el siglo XIX. Su impacto fue significativo, revolucionando así la historia del arte. De características que lo distinguen de otros géneros, por el enfoque, la luz y las escenas.
Las obras impresionistas mantienen una representación de la realidad percibida en un punto específico, más allá del enfoque en los detalles. Al alejarse de las técnicas tradicionales de pintura, los artistas exploraron formas novedosas de expresión, dejando atrás la rigidez y la precisión, para dar paso a pinceladas sueltas que buscaban capturar la esencia del momento.
Algunas temáticas del arte impresionista incluyen escenas al aire libre, paisajes, retratos, actividades de la vida diaria y urbana. Predominando así la espontaneidad del momento.
El impresionismo: características
La forma de hacer arte tuvo un cambio fundamental, gracias al impresionismo. Algunos de los rasgos distintivos o características son:
- Luz: Los impresionistas buscaban que sus obras dejaran ver la luz fugaz, así como la atmósfera de un momento específico. Dejando así resaltar la forma en la que la iluminación afectaba los colores y sombras para diferentes etapas del día.
- Pinceladas: Dejando atrás las pinceladas y los detalles, los artistas del impresionismo daban prioridad a los trazos rápidos, enérgicos y sueltos que capturaban la espontaneidad.
- Colores: Las obras del impresionismo destacan por el uso de colores brillantes, vivos, que a menudo se aplicaban sin hacer mezclas.
- Escenas: Como representación de la vida cotidiana, el impresionismo dejaba ver escenas al aire libre. Alejándose así de temas tradicionales.
- Percepción: Las obras impresionistas se caracterizaban por capturar la percepción del artista de la realidad, bajo una metodología subjetiva. El arte representaba una forma de transmitir cómo veían los artistas el mundo mediante las pinceladas.
- Contornos: Los impresionistas preferían dar la sensación de movimiento a sus obras, evitando los contornos definidos y eligiendo aquellos suaves y difuminados.
Obras y autores
Este movimiento artístico estuvo representado por diversos artistas, cuyos estilos y enfoques eran individuales. Algunas de las obras del impresionismo más conocidas son:
- Claude Monet – Impresión, sol naciente: Esta obra se convirtió en un ícono del arte impresionista. Fue creada en 1872, consiste en un paisaje que refleja la luz del sol en el agua.
- Auguste Renoir – Baile en el Moulin de la Galette: Fue elaborada en 1876, el arte se centra en capturar la atmósfera de un baile al aire libre, cuyo escenario es en París.
- Edgar Degas – La clase de danza: Este artista impresionista se dio a conocer por sus pinturas que reflejaban la vida urbana. Al respecto, esta obra muestra a bailarinas ensayando.
- Camille Pissarro – Paisaje de invierno: Pissarro figuró entre los primeros defensores del arte impresionista. Durante su carrera, pintó paisajes, entre ellos el de 1870 con un enfoque en la atmósfera de diferentes estaciones.