Ducharse con lentillas puede parecer una práctica inofensiva, sobre todo para quienes las usan a diario y desean ahorrar tiempo. Sin embargo, diversos estudios y recomendaciones médicas advierten sobre los riesgos de esta costumbre. El contacto del agua con las lentes de contacto puede provocar problemas de salud ocular que van desde irritaciones leves hasta infecciones graves.
En este artículo, se analizarán las razones por las cuales ducharse con lentes de contacto no es recomendable, los riesgos asociados y las mejores prácticas para proteger la salud visual.
¿Por qué no se debe usar lentillas en la ducha?
El agua del grifo, aunque parezca limpia, contiene microorganismos que pueden ser dañinos para los ojos. Entre ellos, destaca la Acanthamoeba, un parásito microscópico que puede causar queratitis por Acanthamoeba, una infección ocular grave y difícil de tratar. Cuando el agua entra en contacto con las lentillas, los microorganismos pueden adherirse a su superficie y, posteriormente, a la córnea, aumentando el riesgo de infección.
Además, las lentillas están diseñadas para mantener la humedad del ojo, pero cuando entran en contacto con el agua, pueden cambiar de forma, hincharse o adherirse a la superficie ocular de manera irregular. Esto no solo genera incomodidad, sino que también puede provocar pequeñas abrasiones en la córnea, facilitando la entrada de infecciones.
Riesgos de ducharse con lentillas
Los peligros de exponer las lentillas al agua no deben subestimarse. Algunos de los principales riesgos incluyen:
1. Infecciones oculares
Como se mencionó anteriormente, la queratitis por Acanthamoeba es una de las infecciones más serias que pueden derivarse del uso de lentillas en la ducha. Esta afección puede causar dolor intenso, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y, en casos extremos, pérdida de visión.
Además de la Acanthamoeba, el agua también puede contener bacterias y hongos que pueden provocar infecciones como la queratitis bacteriana o la queratitis fúngica. Estas infecciones pueden requerir tratamientos prolongados con antibióticos o antifúngicos y, si no se tratan a tiempo, pueden causar cicatrices en la córnea.
2. Irritación y sequedad ocular
El contacto del agua con las lentillas puede alterar su estructura, haciendo que absorban agua y pierdan su capacidad de retener la humedad natural del ojo. Como resultado, los usuarios pueden experimentar sequedad ocular, visión borrosa y molestias.
El agua caliente de la ducha también puede generar vapor, lo que puede afectar la estabilidad de las lentillas y hacer que se adhieran más firmemente a la superficie ocular. Esto no solo causa incomodidad, sino que también dificulta su extracción posterior.
3. Pérdida o desplazamiento de las lentillas
Las lentes de contacto pueden moverse o incluso desprenderse del ojo al entrar en contacto con el agua. Esto puede resultar especialmente incómodo si una lentilla se desplaza a una zona del ojo donde no es fácilmente accesible, causando molestias y posibles daños en la córnea al intentar recuperarla.
¿El agua de la ducha es segura para los ojos?
A diferencia de lo que muchos creen, el agua de la ducha no es estéril. Aunque pase por procesos de filtración y desinfección, todavía puede contener microorganismos que representan un riesgo para los ojos. Incluso en países con altos estándares de calidad del agua, es imposible garantizar que el líquido esté completamente libre de agentes patógenos.
El agua del grifo también tiene un nivel de cloro que, aunque es seguro para el consumo humano, puede ser irritante para los ojos, especialmente si se usa con lentillas. Este compuesto puede alterar la película lagrimal y aumentar la sensación de sequedad o ardor ocular.
¿Qué hacer si accidentalmente te duchas con lentillas?
Si por descuido te duchaste con lentillas, lo más recomendable es retirarlas de inmediato y limpiarlas adecuadamente. A continuación, algunos pasos a seguir:
- Lávate las manos con agua y jabón antes de manipular las lentillas.
- Retira las lentillas con cuidado y evita frotar los ojos si sientes irritación.
- Desinfecta las lentillas con la solución adecuada antes de volver a utilizarlas.
- Si usas lentillas desechables, reemplázalas por un par nuevo para reducir el riesgo de infecciones.
- Si experimentas enrojecimiento, dolor o visión borrosa, consulta a un oftalmólogo lo antes posible.
Alternativas seguras para la higiene personal
Para quienes no desean quitarse las lentillas antes de ducharse, existen alternativas que pueden ayudar a reducir los riesgos:
- Usar gafas protectoras: Aunque no es una solución 100 % efectiva, unas gafas de natación pueden evitar que el agua entre en contacto con los ojos y las lentillas.
- Optar por lentes desechables diarias: Si es inevitable que las lentillas entren en contacto con el agua, es preferible usar lentes de contacto diarias y desecharlas inmediatamente después de la ducha.
- Retirar las lentillas antes de ducharse: Esta sigue siendo la opción más segura para proteger la salud ocular.
Recomendaciones de expertos sobre el uso de lentillas y el agua
Los especialistas en salud ocular coinciden en que las lentillas nunca deben entrar en contacto con el agua. Organizaciones como la Asociación Americana de Optometría y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierten sobre los riesgos de exponerse a agua no estéril mientras se usan lentes de contacto.
Según los expertos, incluso nadar con lentillas representa un riesgo significativo. El agua de piscinas, lagos y océanos puede contener microorganismos que pueden adherirse a la superficie de la lentilla y causar infecciones oculares graves.
Mitos y realidades sobre el agua y las lentillas
A lo largo del tiempo, han surgido varios mitos relacionados con el uso de lentillas en la ducha y el contacto con el agua. A continuación, se aclaran algunos de ellos:
- “El agua del grifo es segura para limpiar las lentillas”
❌ FALSO. El agua del grifo puede contener microorganismos peligrosos que pueden adherirse a la lentilla y aumentar el riesgo de infecciones. - “Las lentillas no se dañan si entran en contacto con el agua”
❌ FALSO. El agua puede alterar la estructura de las lentillas, haciendo que se deformen y provoquen molestias o irritaciones en los ojos. - “Usar lentillas en la ducha no tiene consecuencias graves”
❌ FALSO. Aunque no siempre cause problemas inmediatos, el uso prolongado de lentillas en la ducha aumenta la posibilidad de desarrollar infecciones oculares severas.
La mejor forma de cuidar la salud ocular
El uso adecuado de lentes de contacto es fundamental para mantener la salud ocular. Para evitar infecciones y otros problemas, es importante seguir estas recomendaciones:
- Nunca expongas las lentillas al agua, ya sea en la ducha, la piscina o al lavarte la cara.
- Usa siempre soluciones de limpieza específicas para desinfectar las lentillas.
- Reemplaza tus lentes de contacto según las indicaciones del fabricante o de tu oftalmólogo.
- Consulta regularmente con un especialista para garantizar que tus ojos estén en óptimas condiciones.
Mantener hábitos adecuados al usar lentillas puede marcar la diferencia en la salud ocular a largo plazo. Evitar ducharse con ellas es una de las maneras más simples y efectivas de prevenir complicaciones innecesarias.