Nuestro mundo es cada vez más cambiante, con pensamientos, creencias y culturas diferentes, cada una de ellas buscando su espacio. En ese sentido, en la búsqueda de una sociedad equitativa, es importante trabajar en la sana convivencia.
Construir relaciones pacíficas no resulta una tarea sencilla hoy en día, muchos solo buscan la competencia individual o llamar la atención. Pero si queremos vivir en un entorno armónico, es necesario trabajar en el respeto, los derechos y las diferencias individuales.
Veamos cómo podemos cultivar la sana convivencia en nuestro entorno, ya sea el hogar, colegio, trabajo, y otro ambiente donde hagamos vida. Mencionaremos algunas de las características fundamentales y unos consejos para lograr relaciones basadas en la empatía.
Sana convivencia: definición
La definición de la sana convivencia abarca los valores y las vivencias que permiten desarrollarnos en un entorno a pesar de las diferencias que puedan existir. Así, es posible convivir con los otros, con diálogos y expresiones, sin tener que recurrir a la violencia.
El comportamiento que podamos tener, y la forma de compartir nuestras costumbres, permitirán relacionarnos con otros de forma armónica, democrática y solidaria. Esto aplica en los diversos entornos como: escolar, laboral, familiar, entre otros.
Valores de la sana convivencia
El sistema de valores que componen la sana convivencia varía de acuerdo a la enseñanza y cultura de cada quien. Podemos aprender a respetar la cultura y creencias de los demás, algunos de los principios que nos permiten vivir en armonía son:
- Respeto por las demás personas.
- Paciencia, tolerancia y solidaridad.
- Las buenas costumbres y moral.
- Libertad de expresión.
- Justicia, paz y solidaridad.
- Respeto por las diferencias y la no discriminación.
También es importante trabajar en las soluciones para evitar conflictos, cumplir con los compromisos y tener el valor de asumir los errores propios.
Características
Un ambiente donde reina la sana convivencia goza de estas características:
Menos competitividad y más integración
La sana convivencia se caracteriza por la integración en equipo, dejando atrás la competitividad y dando mayor énfasis en la cooperación. De esta forma, los equipos no trabajan de forma aislada, más bien se integran para alcanzar los objetivos; todos por una misma meta.
Educación que construye
Un entorno sano estará formado por valores como la justicia y la paz. Los miembros del equipo buscarán el conocimiento para reforzar los pilares de su comunidad, todo para lograr un lugar mejor.
Interacción saludable
Dentro de la sana convivencia, destaca la equidad. De forma tal que todos los miembros del equipo puedan interactuar, compartir sus conocimientos. No se trata de una sola voz, es la unión de todas las opiniones para que el entorno sea dinámico y saludable.
Comunicación asertiva
Las imposiciones y el silencio no son características de la sana convivencia; al contrario, se permite la expresión, prevalece el respeto. Cada quien tiene la oportunidad de compartir lo que sienta y piensa, sin temor a ser criticado o hacer daño a otros compañeros.
Participación
En un ambiente sano todos forman parte, nadie queda por fuera. Todas las opiniones e iniciativas se toman en cuenta y son escuchadas. De manera tal que el entorno está caracterizado por la participación con cada uno de sus integrantes.
Consejos para alcanzar la sana convivencia
Alcanzar la sana convivencia no es algo difícil de lograr; sin embargo, existen algunos consejos a considerar:
- Analizar los patrones de comportamiento y buscar la mejora.
- No dividir a los miembros del grupo por sus credos, razas o ideologías.
- Trabajar en la capacidad para convivir de forma armónica, mediante el trabajo en equipo.
- En lugar de buscar la competencia individual, trabajar en valores como la solidaridad, respeto y cooperación.
- Buscar la resolución pacífica de conflictos.
- Impartir programas de capacitación que traten temas sobre: la comunicación asertiva, la empatía y el trabajo en equipo.